
Reboloteabas en mi bello jardín,
armoniosa y graciosa entre buelos
y colores, llevabas coloridos a las flores y parecias un adorno en ellas
cual hermoso prendedor.
Tenias sierta mgestuosidad, entrelasada con alegrías, eras
tu quien jugaba con mi rosa preferida.
Mucho no durarias, rapido termina
tu día, pero tan radiante eres al rebolotear de rosa en rosa a la que haces más primorosa. Antes de terminar tu recorrido, al caer el sol, te pondre suabemente en una caja de cristal y muy
juntito a tu rosa por siempre viviras.
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